El mundo virtual de Ready Player One

Este jueves 29 de marzo se estrena Ready Player One, la tan esperada nueva película de Steven Spielberg.

Steven

Spielberg es un referente de las décadas de los años 80 y 90, como también de la cultura popular, ya que le ha dado vida al alien E.T., al famoso arqueólogo Indiana Jones y al tan amado como temido Parque Jurásico, entre otras tantas cosas. Por esto, no es extraño que haya sido el encargado de transformar la novela de ciencia ficción escrita por Ernest Cline en 2011 a una película.

Ready Player One nos sitúa en el año 2045, donde el mundo y la humanidad sobreviven como pueden ya que se vive una depresión económica mundial. Por esta razón, las personas escapan de sus pobres vidas y entran en una realidad virtual llamada OASIS. Es su vía de escape donde creando un avatar, a gusto de cada uno, se aventura por un mundo donde la imaginación es el límite, donde todo es posible. El creador de OASIS era un gran fanático de los años 80 y tras su muerte, se revela que dentro del juego se encuentra un Easter Egg, es decir, un mensaje o capacidad oculta contenido. Quién encuentre este huevo de pascua será el heredero de toda su fortuna y manejara el futuro de OASIS. Pero han pasado 5 años de su muerte y ninguno de sus jugadores se ha acercado al premio.

Aquí es donde aparece Wade Watts, interpretado por Tye Sheridan, quien bajo su avatar Parzival intentará ganar el premio y no permitir que caiga en las manos incorrectas. A lo largo de su aventura encuentra amigos, amor, como también obstáculos y enemigos.

Aunque el universo de Ready Player One se concentra predominantemente en lo virtual, vemos un gran balance en el cambio con la realidad y los personajes que la habitúan.

Ready Player One es una película que te invita a ser un jugador más, te invita a vivir lo que los personajes están viviendo. Con una tarea de efectos especiales impecables, Spielberg crea una realidad virtual llena de acción y guiños a la cultura popular, no alcanza la vista para reconocer todas las referencias que han metido tan inteligentemente. Del lado de las actuaciones, encontramos un elenco con los reconocidos Ben Mandelsohn (The Dark Knight Rises, Rogue One: A Star Wars Story, Darkest Hour), Simon Pegg (Mission: Impossible saga, Star Trek saga, Star Wars: The Force Awakens) y Mark Rylance (Bridge of Spies, The BFG, Dunkirk) y las novatas Olivia Cooke (Ouija, Me and Earl and the Dying Girl), Hannah John-Kamen (Tomb Raider) y Lena Waithe. Más allá de que no encontramos una gran profundidad en los personajes, exceptuando al protagonista, las actuaciones tampoco son prometedoras. Hay una ausencia de emoción o profundidad en los personajes de la realidad que se nota a través de la pantalla, aunque se complementa con lo que muestran sus avatares virtuales.

En conclusión, Steven Spielberg con su vuelta a la ciencia ficción, después de haber hecho películas históricas, nos cuenta una historia llena de aventura, acción y humor, que quizá hasta pondrá nostálgicos a algunos al ver The Iron Giant y King Kong, o reconocer las referencias de Back to the Future (1985), The Shining (1980) o Alien (1979).