meghan markle, una novia moderna

Hoy la actriz estadounidense deja de ser Meghan Markle para convertirse en la Duquesa de Sussex.

El vestido para esta ocasión tan importante fue diseñado por la diseñadora Clare Waight Keller, la nueva y primer directora creativa femenina de Givenchy. El diseño elegido fue un clásico y elegante vestido color blanco, con un escote bote y mangas 3/4. Su velo, de 5 metros, llevaba un mensaje escondido: las flores bordadas representaban a los 53 países, mediante la flor típica de cada uno, que forman parte la Commonwealth (Mancomunidad de Naciones).

Se la mostró muy simple en cuanto a maquillaje y accesorios, llevando solo una pulsera y aros de la firma Cartier, además de la tiara bandeau de la reina Mary de Teck, una pieza que no se utilizaba públicamente desde 1953.

Meghan llegó acompañada por su madre, Doria Ragland. La novia entró a la capilla sola, ya que su padre no pudo asistir por problemas de salud. Y a mitad de camino la esperó el príncipe Carlos, quien la llevo al altar.

La ceremonia fue muy emotiva y con un estilo muy relajado y diferente a lo que se acostumbra. Se pudo ver una fuerte influencia de la cultura afroamericana ya que Meghan es de esta ascendencia. Formaron parte de esta ceremonia un obispo afroamericano, quien cito a Martin Luther King, activista por los derechos civiles para los afroestadounidenses, como también un coro gospel que cantó "Stand By Me" de Ben E. King, y Sheku Kanneh-Mason, un violonchelista de 19 años que en 2016 ganó la prestigiosa competencia de la BBC para jóvenes músicos.

La pareja estaba muy cómoda y sonriente durante la celebración, agarrados de la mano cada vez que hubo oportunidad.

Luego, los novios dieron el sí, y al salir de la capilla le entregaron al publico y fotógrafos el tan esperado primer beso como marido y mujer.